Hay días en los que no importa el resultado, sino sólo el baloncesto. Es lo que ha ocurrido hoy contra Arabescos. Es cierto que perdimos de un punto (otra vez) y que tuvimos el partido en nuestras manos, aunque lo hubiéramos solucionado sin problemas si nos hubieran funcionado los tiros libres, que en estas ligas tienen gran importancia y que nosotros despreciamos sistemáticamente.
Sin embargo, si hubo un equipo con cojones sobre el parqué, ese fue SIH. Si hubo garra y baloncesto salido de las entrañas, fueron patrimonio sólo de SIH, si hubo un partido digno, fue gracias a SIH. Además, los afortunados que asistieron al encuentro tuvieron la oportunidad que ver uno de los mejores momentos de este equipo, una fulgurante remontada de seis puntos en apenas un minuto que dejó al rival noqueado y fue el arreón que nos llevó a disputar el partido hasta el último segundo y más allá.
En definitiva, hoy no es día de dar detalles sobre anotadores, jugadas y desarrollo de tiempos (entre otras cosas porque me dejé el acta en el campo con las prisas y no recuerdo ni el tanteo final). Hoy es día para reconocer que tenemos un equipo de verdad, que hace baloncesto desde el corazón y las pelotas (aunque algo de cabeza a veces no vendría mal), y que tiene que durar, porque está llamado a hacer historia. Por cierto, el partido de vuelta contra Arabescos promete; les daremos su merecido.