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Uli y Rubén, dos virtuosos. |
Por Guillermo Sáez
La gripe. La resaca. Un rival poderoso e invicto
después de siete jornadas. Churruscantes
uniformes diseñados para hacerle el amor a las mentes de los adversarios.
Armas ya temibles por separado e imponentes en combinación. Dio igual. Nada
pudo frenar el pasado domingo a los chicos de SIH.
Igual que parece imposible lanzar una
botella y que esta caiga de pie sobre un servilletero, maravilloso arte que
tiene como mayor maestro al pequeño Rubén, el público congregado en el Samaranch
barruntaba que los eclesiales no tendrían nada que hacer ante el líder. Pero no
es producto del azar la egregia leyenda que acompaña desde hace más de tres
lustros al equipo naranja. Es su sudor. Su entrega. Su compañerismo. Y por qué
no decirlo, también su buen baloncesto.
El juego fluido manó a raudales de una
fuente que parece inagotable desde el descanso del anterior partido ante Impresentables,
víctimas de la mayor remontada en la historia de las ligas municipales, y quedó el marcador regado de puntos y más
puntos, desde el triple, de media distancia, incluso desde el tiro libre a
pesar de un air ball que tan solo fue la graciosa peca en el rostro prístino
de una victoria bellísima.
Ante un rival atónito, convertido en el
rey que nota en la nunca el frío silbido de la guillotina, los revolucionarios
naranjas dominaron la primera mitad y dieron el golpe de gracia en el tercer
cuarto, un periodo otrora fatídico, pero convertido por arte de birlibirloque
en un vergel donde el baloncesto conoció nuevas cimas, especialmente en
defensa, para dejar en apenas cinco puntos al equipo más anotador de la
competición.
Con 15 tantos de ventaja antes del último
parcial, SIH controló el lógico arranque de orgullo del líder y aguantó con tan
solo cinco jugadores disponibles tras una injusta eliminación. Pudieron ser
cuatro por una falta de Álvaro que se fue el limbo. ¡Y qué! 2019 es el año de
la escuadra naranja, que se ha ganado permiso para soñar tras firmar la mayor
sorpresa de la liga.
¡Vuelen las botellas y caigan todas de
pie! ¡Viva SIH!
RESULTADO FINAL: SIH, 53 – AITANA
WARRIORS, 44.
Parciales: 17-15, 11-8, 15-5 y 10-16.
Jugaron por SIH: Uli (12), Juan (10),
David, Guille (22), Álvaro (9) y Mínguez (2).
(Crónica dedicada Maese Glez, el de la
jugada de alimenticio nombre, con la admiración de un discípulo que sueña con
heredar aunque sea un pedacito de su pluma florida).
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