
Un capitán no lo es porque alguien le ponga un buen día los galones en la hombrera, lo es porque no le hacen falta galones para tener autoridad y porque sabe dar el paso adelante en el momento justo. Es el caso de nuestro capitán, que en el momento más crítico del partido contra Ladaba supo convertirse en el revulsivo que necesitaba el equipo y, cual abrelatas, abrió la caja fuerte de los contrarios y les robó la cartera, abriendo la puerta para que entráramos todos los demás y nos lleváramos la victoria. También es cierto que sin unos sensaciones Picos y Porti, que rozaron cada uno los 20 puntos, la victoria se hubiera resistido.
El partido empezó de forma inesperada, con un 0-5 adverso, aunque SIH se repuso pronto y, gracias al acierto bajo los aros de Foro, Picos, González, y a las canastas desde el perímetro de Ortiz y Porti, logró acabar el primer cuarto con una ventaja de ocho puntos. Inexplicablemente, en el segundo cuarto los chicos de SIH cayeron en un extraño sopor dominical y dejaron que los Ladaba les endosaran un 4-13 que les hizo llegar a la mitad del encuentro palmando de uno y, lo que es peor, con pocas ideas en la cabeza.
Hacía falta un revulsivo que contrarrestara el desánimo y hundiera la euforia de los contrarios, y ese revulsivo fue Tino, que con tres canastas seguidas volvió a poner por delante a SIH y desbrozó el camino para el resto de sus compañeros hiciera de las suyas. También en el tercer cuarto, donde un gran Juan Carlos supo enseñar cómo hay que defender, empezó el festival de los triples de la mano de Picos y Portillo, lo que puso el partido definitivamente del lado de SIH.
El último cuarto no hizo sino confirmar la victoria frente a unos contrarios que, sin alinear jugadores profesionales como hacen otros equipos (véase el post anterior), dieron la cara y jugaron bien hasta que perdieron los nervios. Entonces se toparon con la Espingarda, que acabó de hundirles. Por cierto que pocos partidos de Liga municipal debe haber en los que a un equipo le hayan pitado cuatro faltas técnicas consecutivas en menos de 30 segundos, y no digo que estuvieran mal pitadas, sino que no sabían con quién se la jugaban.
En el último cuarto hubo también lugar para el showtime de SIH (aunque sin euforias, ¿eh?), aunque esta vez tuvo un nombre distinto, el de Juanjo, que explotó con unos minutos sensacionales en defensa y ataque, con dos canastas y dos tiros libres. También quedan para el recuerdo esa canasta de Efrén sobre la bocina, y por supuesto la que a juicio de nuestro míster fue la mejor jugada del encuentro, el pase hacia atrás sin mirar de Paco a Portillo.
Resultado final: SIH 64 - Ladaba 37
Parciales: 21-13, 4-13, 21-7, 18-4.
Anotadores: Picos (19), Portillo (18), Tino (7), Juanjo (6), González (6), Foro (4), Ortiz (2), Efrén (2).