lunes, 21 de diciembre de 2009

EL ARREÓN


Hay días en los que no importa el resultado, sino sólo el baloncesto. Es lo que ha ocurrido hoy contra Arabescos. Es cierto que perdimos de un punto (otra vez) y que tuvimos el partido en nuestras manos, aunque lo hubiéramos solucionado sin problemas si nos hubieran funcionado los tiros libres, que en estas ligas tienen gran importancia y que nosotros despreciamos sistemáticamente.

Sin embargo, si hubo un equipo con cojones sobre el parqué, ese fue SIH. Si hubo garra y baloncesto salido de las entrañas, fueron patrimonio sólo de SIH, si hubo un partido digno, fue gracias a SIH. Además, los afortunados que asistieron al encuentro tuvieron la oportunidad que ver uno de los mejores momentos de este equipo, una fulgurante remontada de seis puntos en apenas un minuto que dejó al rival noqueado y fue el arreón que nos llevó a disputar el partido hasta el último segundo y más allá.

En definitiva, hoy no es día de dar detalles sobre anotadores, jugadas y desarrollo de tiempos (entre otras cosas porque me dejé el acta en el campo con las prisas y no recuerdo ni el tanteo final). Hoy es día para reconocer que tenemos un equipo de verdad, que hace baloncesto desde el corazón y las pelotas (aunque algo de cabeza a veces no vendría mal), y que tiene que durar, porque está llamado a hacer historia. Por cierto, el partido de vuelta contra Arabescos promete; les daremos su merecido.

lunes, 14 de diciembre de 2009

UNA CASA SIN CIMIENTOS


¿Qué pesan más, los años, los kilos o la falta de bases? O la falta de cojones, de visión de juego o de muchas cosas. Una pena. Otro partido perdido por poco, cuando pudo ganarse por mucho. Los Loyola han ganado a varios equipos, pero no parecen un equipo hecho para ganar, aunque tuvieron el acierto de dar con la estrategia adecuada para bloquearnos y lo hicieron. Sin ninguno de los tres (tres oiga, tres) bases y presa de sus limitaciones físicas, SIH se convirtió enseguida en un gigante con los pies de barro y, aunque siempre estuvo en el partido, no se pudo llevar el gato al agua.

El primer cuarto, plenos de energía, SIH mandó sin mayores problemas. Loyola defendía en zona y SIH dominaba el balón, el rebote y hacía pases sencillos evitando los robos y por tanto los contraataques de unos oponentes con bastante mejor forma. Privados de capacidad ofensiva desde el exterior por la ausencia de sus tiradores natos (a excepción del polivalente Picos), SIH liquidó el cuarto con juego interior, defensa fuerte y rebote. Anotaron Tino, Foro, Picos y González para acabar por delante 4-8.

El partido podría haber seguido así hasta el final, pero los chicos de Loyola debieron de observar las apolíneas siluetas y los años que atesoramos en SIH y decidieron cambiar de zona a defensa individual. Y ahí nos jodieron vivos. Llegó la empanada mental, la falta de bases de dejó notar más que nunca pese a los esfuerzos de Juan Carlos y de Andrés, que tuvo que vestirse de corto. De hecho, con su incorporación al terreno de juego hubo que sumar la falta de entrenador a la falta de bases. Aún así, llegamos a la mitad del partido con una ligera ventaja de tres puntos gracias a Picos, Foro y Tino.

Pero nada más empezar el tercero se hicieron evidentes nuestros problemas: nula capacidad ofensiva y falta de circulación de balón entre el perímetro y el interior, algo que en la primera parte nos había mantenido por delante. Además, los Loyola empezaron a meter triples y nos metieron un parcial de 10-0 al final del tiempo que decidió el partido. De poco sirvió ganar el último cuarto gracias al empuje de Picos y las aportaciones de Foro y Efrén, ya era demasiado tarde. Por cierto, de 22 tiros libres sólo entraron 8.

Pero esto es historia. La semana que viene, Arabescos. A por ellos.

FICHA TÉCNICA

Resultado: 32-29
Parciales: 4-8, 12-15, 27-22 y 32-29.
Anotadores: Picos (15), Foro (6), Tino (5), González (2), Efrén (1).

lunes, 7 de diciembre de 2009

Los albores de la gloria


Esta imagen, cortesía de Moreno, ilustra cómo era el equipo y la afición hace casi cuatro años, en febrero de 2006. Aunque físicamente estemos algo más deteriorados (¿por qué será?), ahora sin duda estamos mucho más en forma.