EL ARMA SECRETA

Partido de poder a poder en el Samaranch. Se medían dos de los mejores equipos de lo que llevamos de temporada, SIH y Partizán de Riato. Eso sí, los riateños acudieron con toda la tropa al campo de batalla, destacando una decena de jugadores, mientras que los eclesiásticos se presentaron con un retén bastante justo. Eso sí, la diferencia de fuerzas, todavía más acrecentada por la mayor juventud y mejor forma físico de los de Riato, le dio emoción al partido desde el principio, teniendo los hombres de SIH que multiplicarse para contrarrestar la intensidad del contrario.

Huérfanos de capitán, los SIH tiraron de sus jugadores franquicia, y en especial de Porti, Guille y Uli, junto a un Foro inmenso en la pintura, para mantener el pulso en el primer cuarto, que pese a los dos triplazos de Porti acabó con empate a 14.

En el segundo Ortiz se sumó a la fiesta que estaban montando por todo lo grande Uli y Guille, mientras el míster se permitía el lujo de ensayar distintos esquemas tácticos en defensa y ataque sin descabalar al equipo (¡quién lo hubiera dicho en los inicios, allá en los primeros años del siglo!).

Fruto del trabajo realizado y de la seriedad de la defensa frente a unos riateños que destacaban por su intensidad y acierto en el tiro exterior, SIH llegó al ecuador con una pírrica ventaja de tres puntos.

En la reanudación, cual Ancelotti de Arganzuela, el míster decidió sentar a un González demasiado errático (ha ganado unos kilitos y ha perdido agilidad) y sacar a Mínguez, que sería a la postre la llave para marcar una diferencia adicional que se traduciría en la victoria.

Y es que, en efecto, Mínguez jugó uno de sus mejores partidos como eclesiástico, y eso a pesar de que recibió palos de todos los colores. El lógico mosqueo del noble jugador de brazos interminables fue, no obstante, favorable al equipo, porque se convirtió en determinación y espíritu de lucha bajo los aros.

Mientras, Porti, Uli, Guille y el resto de la panda seguían haciendo diabluras, El Maestro se desgañitaba en la banda para animar a los chavales y los contrarios no se creían lo que les estaba pasando, especialmente cuando Porti, como hiciera Maradona en el 86 frente a Inglaterra, cogió el balón bajo el aro, dribló a todos los contrarios y el sólito se metió un canastón a mano cambiada de esos que hacen época. Fue tan bonito que no sale en la grabación adjunta por una cuestión de protección de derechos de autor (que la NBA luego todo lo piratea y dicen que han sido ellos los primeros).

En fin, victoria muy importante y trabajada tanto sobre la cancha como desde el área técnica frente a un rival digno, serio y luchador. SIH es ya el equipo al que nadie se quiere enfrentar.

FICHA TÉCNICA

Resultado final: SIH 53-Partizán de Riato 47
Resultados parciales: 14-14, 11-8, 17-10 y 11-14.
Jugadores SIH: Uli (16 puntos), Porti (13),Guille (13), Mínguez (9), Ortiz (2), González, Juancar.

LA VIEJA ESENCIA DE SIH Y EL DEL PATINETE

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Ortiz y Juancar El Maestro, dos fenómenos.

Por el Míster.

La estrategia, pensada por mí y sólo por mí, de que el 90 por ciento de SIH saliese de juerga el sábado dio buen resultado. ¿Porqué? Por la tradición de los juegos municipales de que el partido lo gana el equipo con menos efectivos y que viene de resaca, que volvió a cumplirse. 

Los reverendos naranjas supimos mezclar con sabiduría a la vieja guardia (Efrén y Juanjo, supervivientes del equipo de 2004) con savia nueva (Alvaro Romero), y la combinación fue una aceptable defensa y mejor cierre del rebote, con robos de balón en el perímetro que permitieron contragolpes culminados por Ortiz y Ulises, el primero el más destacado del partido junto al pívot del grupo Prisa, que firmó uno de los mejores debuts en la historia del equipo, aunque luego casi tira por tierra todos sus méritos con un indigno comentario al entrenador en los vestuarios ("¿para qué te duchas si no has jugado ni un minuto?", se atrevió a decir esa rata del patinete, carne de banquillo).

En ataque estático se empezó también como en 2004, es decir, con un juego caótico del que nos salvó que los contrarios estaban todavía más empanados que nosotros. Un quinteto titular poco habitual formado por Ortiz, Juanjo, Efrén, Foro y Alvaro, podía hacer pensar en problemas, pero sólo a quienes no recordarán a las viejas estrellas del equipo, ante unos Evaristos que habían llegado con 10 integrantes (o quizá más) y parecían más frescos.

Foro y Ortiz marcaron el compás en ataque en el primer cuarto (9-6), mientras todo el equipo iba acoplándose en tareas y ayudas defensivas y en cortar segundas opciones trabajando unidos como hermanos por el rebote. Romero iba transformándose en una bestia parda de intimidación y captura de rechaces. En el segundo parcial salió a cancha Tino, que aportó su sacrificio habitual pese a que rebosaba de ron y las bandejas se le escapaban de dentro por milímetros.

Juanjo aportó en el cuarto uno de sus dos típicos tiros-marsupia de media distancia con los que deleitó a la grada. Ésos que comienzan con un brinco con el cuerpo encogido y el balón a la altura de la barriga, de donde las zarpas lo van sacando adelante para acabar impulsándolo con un golpe final de muñeca. Imparable el rockero de la Ermita del Santo.

Antes del descanso permitimos a los contrarios acercarse, pero Foro comenzó lo que sería una de las notas características del partido: su conexión con Romero. Recordando a algunos al mítico Pinone, jugó como un auténtico base distribuidor en el poste alto, conectando con el pálido patinador, que demostró que desde debajo del aro (pero muy debajo) es letal (marcador, 22-18).

Para el tercer cuarto reservábamos a Ulises, que hizo un gran esfuerzo y llegó en el intermedio tras una larga noche de fiesta en fiesta por casi todo Madrid. Tras un inicio titubeante, el base se asentó, coló dos 2+1 y puso los cimientos de la ventaja que sería definitiva. Ortiz, con nuestro único triple del partido, puso 8 puntos de distancia, y Romero, tras capturar un rebote ofensivo, colocó el 34-24 para afrontar el último cuarto.

Esos 12 minutos no tuvieron mucha historia. Otra canasta de Alvaro y el segundo 2+1 de Ulises nos colocaban 15 arriba, aunque en los minutos finales nos remontaron sin que llegara a olisquearse peligro. Fue el día en que las viejas esencias de SIH volvieron a las canchas del Samaranch.

FICHA TÉCNICA

SIH 42-Evaristos 35 (Parciales: 9-6, 13-12, 12-6, 8-11)

Jugaron por SIH: Juanjo (4 puntos), Efrén, Ortiz (15), Romero (8), Foro (6) --quinteto titular-- Tino y Ulises (9). Juan Carlos y Andrés, táctica y estrategia.

OTRO PASO ADELANTE

Porti, siempre al ataque.

Nueva victoria de SIH. No se puede decir que fuera cómoda (hubo que remontar al principio y los contrarios siempre anduvieron al acecho), pero los eclesiásticos eran claramente mejores y al final supieron imponer su calidad gracias también a una buena dirección desde el banquillo.

Empezaron fríos los de SIH (tan sólo Foro y Uli lograron horadar el aro contrario), una pájara que los Arabescos, viejos conocidos, supieron aprovechar para acabar el primer cuarto con una ventaja de cuatro arriba. 

Tras la arenga del míster, en el que fue su último partido antes de alcanzar una edad ciertamente provecta que eludimos mencionar aquí, SIH salió como un ciclón en el segundo cuarto. La defensa, que no funcionó mal en el primer periodo, siguió haciendo las cosas bien, pero además llegó el acierto ausente en los primeros compases del partido. Entre Uli y Porti, con la ayuda inestimable de Guille, acabaron machacando las esperanzas de los Arabescos, logrando ganar el cuarto por 15-3 y abriendo una diferencia que los contrarios no serían ya capaces de contrarrestar.

En la segunda mitad del encuentro más de lo mismo, los hombres pequeños tremendos, controlando el balón y anotando, y los responsables de guardar la pintura haciendo bien su trabajo, con intensidad y responsabilidad. El resultado, una nueva victoria para SIH.

FICHA TÉCNICA

Resultado final: SIH 36-Arabescos 30

Resultados parciales: 4-8, 15-3, 8-8 y 9-11.

Anotadores: Uli (15), Porti (10), Foro (5), Guille (4) y González (2).