Foro y Moreno, esforzados en defensa. |
La vida es, por lo general, una procelosa senda jalonada de
riesgos y amenazas que, siempre al acecho de cualquier debilidad, impiden el
sosiego tanto a las personas como a cualquier tipo de organización humana que
busca estabilidad y éxito. Sólo aquellas entidades realmente bien gestionadas,
aquellas que son capaces de abordar cada coyuntura adversa desde un análisis
ponderado, basado en las evidencias y ajeno a cualquier influencia emocional o
irracional, están capacitadas para conseguir, muy de vez en cuando, una
posición netamente favorable, de tal forma que las amenazas apenas irradian un
leve fulgor de su letal fuego mientras que las oportunidades, las posiciones
ganadoras, dominan el panorama, augurando un futuro ciertamente mucho mejor.
Esta es la posición de privilegio que ha logrado alcanzar
SIH a lo largo de la presente temporada. Frente a otros equipos de la parte
alta de la tabla que viven atenazados por el miedo a la derrota, a bajar
escalones en el escalafón de la liga, y que sufren del estrés intolerable propio
de los cornúpetas machos alfa de las manadas de las planicies africanas,
siempre pendientes de que, cualquier día (y ese día llega invariablemente),
llegue un joven macho con un cuerno aún más largo y les quite los privilegios,
la escuadra naranja disfruta de una posición envidiable en la que es difícil
perder nada, porque nada se tiene, pero en la que se disfruta todo, porque todo
se puede llegar a tener.
Contar con un cero, ese maravilloso no-número, ese
contenedor del vacío, de la nada, en el casillero de partidos ganados, sitúa a
SIH en un escenario privilegiado que le hace dueño y soberano de su futuro, y
que abre un sinfín de posibilidades vedadas para aquellos que, esclavos de la
estadística, encabezan la clasificación. Con total desenvoltura y sin complejo
alguno, con júbilo y esperanza, SIH puede desarrollar nuevas tácticas,
experimentar con esquemas revolucionarios, crear para la posteridad nuevas
formas de adiestramiento en el tiro y el rebote… puede, en definitiva, obrar
con una absoluta, inalienable y franca libertad, y eso es algo que muy pocos,
ya sea trate de personas, empresas o entidades, puede decir a estas alturas del
siglo XXI.
La situación puede mantenerse igual (0 victorias en caso de
nuevas derrotas) pero, ya sea por el espacio de conocimiento que aportan las
derrotas (se aprende más de un partido perdido que de 100 ganados) o por las
victorias que, indefectiblemente, están por llegar, podemos decir con enorme
ánimo de espíritu que las cosas sólo pueden mejorar, y en esas estamos.
En cuanto al partido del pasado domingo contra Mari Tornes,
se trató de un encuentro bastante disputado hasta el último cuarto, donde SIH
sufrió de una serie de problemas de diferente índole que imposibilitaron la
victoria. El encuentro constituyó, eso sí, una oportunidad inmejorable para
disfrutar de un jugador en estado de gracia, Guille, que sostuvo al equipo con
su increíble capacidad anotadora (22 de los 32 puntos del equipo llevaron su
firma) y demostró que SIH sigue teniendo, pese a su actual fase de reflexión, a
algunos de los mejores jugadores de la liga, como el propio Guille, o el nunca
lo bastante bien ponderado Ulises, que supo echarse el equipo encima y llevó
sobre sus hombros la mayor parte de la responsabilidad del choque, pese a la
agobiante defensa con que le obsequió el adversario.
FICHA TÉCNICA
Resultado final: SIH 32 – Mari Tornes 51
Parciales: 12-13, 5-10, 9-11 y 6-17.
Jugaron por SIH: Guille (22), Uli (5), Mínguez (2), Foro
(2), González (1), Tino, Moreno, Muñiz (míster) y Juan (apoyo anímico).