lunes, 25 de marzo de 2019

EL ATRIBUTO CELESTIAL


Ulises, levitando

Volvieron de SIH las armas
con gran estruendo a resonar
sobre el parqué del Samaranch
forjando un baloncesto sin igual.

Pero no siempre los hados del destino
se ponen del lado del esfuerzo sementino,
sino que a veces benefician al desatino
de quienes, con menos juego y estilo,
ven la contienda con ojos de zangolotino.

Bien es cierto, pardiez
que en SIH no abunda la sensatez
y que noches de gran borrachez
hacen cuerpos presos de languidez.

Pero con todo los de SIH lucharon bien
con Guille y Uli haciendo de sostén
metiendo canastas como tiros en la sién
y soltando toxinas 'pa' llenar un almacén

Abajo, el gran Foro y González redivivo
respondían al castigo como el bravo toro
que, ante la puya cruel, devuelve decoro
y, ante la afenta, muestra gesto indoloro

Ortiz, todo ritmo y gracejo
asombró al rival con su manejo
mientras Juan y Mínguez dejáronse el hollejo
cazando balones como sigue las faldas el viejo

A los mandos, Juancar el Maestro
sólido como el padrenuestro
que sucumbre al ardiente estro
cuando habita el banco nuestro

Y en la grada, como siempre, la afición
que volvió a sonar como un millón
llamando a la subversión
y a tirar abajo el pabellón.

Bienaventurado sea, pues, el equipo eclesial
que dispone ahora, en su porte santoral
de la maravillosa capacidad celestial
de ganar, o perder a voluntad,
y designar así al vencedor de esta competición sin igual.


RESULTADO FINAL: SIH 33- Impresentables 48