lunes, 18 de noviembre de 2013

PASEO IMPERIAL (DE SIH)

Carlos V, un aficionado al lado de SIH.

Hay quien piensa que el arte es sólo cosa de pintura, de música, escultura o literatura. Vive en un profundo error, porque existen algunos seres humanos excepcionales capaces de crear obras de arte en muy diferentes disciplinas y, por qué no, también en el baloncesto. ¿Y qué mejor prueba de esta verdad que lo ocurrido el pasado domingo en el Polideportivo Samaranch, cuando los chicos de SIH fueron capaces de sublimar sus limitaciones para elevarse, como nadie lo había hecho antes, hasta las cimas más inaccesibles del baloncesto amateur? ¿Existe mejor muestra del genio humano que esas defensas inexpugnables, armoniosas cual sinfonía, que bloquearon todo intento del rival por hacer su juego, falto por otro lado de toda imaginación? ¿Cómo no rememorar esos contraataques veloces y precisos, capaces de cercenar, cual hojas de cuchilla, los planes del equipo contrario? ¿Hay, acaso, precedentes de un apoyo más enfervorecido de un banquillo a quienes se estaban jugando los cuartos sobre parqué? ¿Cómo explicar con palabras la agudeza, inteligencia y capacidad de análisis del juego de nuestro cuerpo técnico, también llamado entrenador o míster?

El reto de transmitir a las generaciones venideras la grandeza del juego de este equipo resulta, sin duda, demasiado enjundioso para las limitadas habilidades de este pobre cronista, que no obstante tratará de esbozar qué ocurrió sobre el terreno de juego entre SIH y su rival, aunque en este caso quién fuera el contrario es lo de menos, ya que nuestros chicos estaban tan entonados que hubieran derrotado sin paliativos a cualquier equipo, amateur, profesional o de marcianos voladores.

En este caso las estrellas de SIH (Picos, Porti, Uli, Guille, Foro, etcétera) brillaron con gran intensidad durante todo el partido, tanto en defensa como en ataque, no dejando ni respirar al contrario e imponiendo el juego de SIH como un ciclón se impone ante una tienda de campaña. Rapidez, acierto, determinación e inteligencia fueron las armas con las que SIH machacó al rival, que fue presa de la desesperación desde el principio.

El partido empezó con Uli, Porti, Picos, Foro y Guille en pista, un quinteto titular prácticamente invancible. Estrenó el marcador Guille, que mantiene un estado de forma impecable, siguió Foro, imponente bajo los aros, y poco después fue Uli el encargado de enlazar dos triples seguidos para encarrilar un partido que desde el principio fue para SIH. Los contrarios, lentos, pesados y sin imaginación alguna, hicieron su mejor juego, pero nada pudieron conseguir, salvo llegar al final del primer cuarto con un marcador ajustado que en ningún caso reflejaba lo que ocurría en el campo.

En el segundo cuarto fueron Porti y Picos los que empezaron a exprimir al contrario, rematando Guille con un triple y dos canastas casi consecutivas que dejaron el marcador 34 a 21 para SIH. El rival tomó la decisión de seguir jugando, lo que les honra (otros con menos actitud pero más sentido de la vergüenza se hubieran retirado en ese momento), y por lo tanto siguió el castigo en el tercero. Un Porti estratosférico y un Guille de otro mundo siguieron machacando el aro rival sin compasión alguna, mientras el resto del equipo asistía y mantenía una intensidad defensiva digna de todo elogio. Pese a ello, y fruto de una estrategia innoble e indigna, los contrarios iniciaron una labor de presión al árbitro y de juego peligroso que acabó dando sus frutos para ellos con el único precio de dos faltas técnicas.

El último cuarto fue para Picos. El Falo (perdón, Faro) de SIH se dejó la apertura del tarro de las esencias para el final y acabó dejando la moral del rival a un nivel del subsuelo que se necesitarían siglos para volver a levantarla. Como siempre para con Picos, y también con otras mentes brillantes de este deporte como Uli, a su genialidad el equipo contrario respondió con dureza y golpes peligrosos, en vez de admirarse y sentirse agradecidos por haber podido compartir cancha con semejantes gigantes del baloncesto.

Por cierto, en cuanto al rival, se trataba la Familia Monster, un equipillo que tiene mucho que aprender en estas ligas municipales si quiere evitar el ridículo en una competición que cada vez se está poniendo más exigente. Carente de técnica, físico e ideas, nunca fueron rival para SIH salvo en un aspecto: la marrullería y los constantes intentos de desestabilizar al árbitro. En un penoso afán por doblegar desde el banquillo a quienes no conseguían ganar en la cancha, llegaron incluso a mostrar un libelo a la mesa echando en cara al árbitro que pitaba pocas faltas a SIH, cuando acta en mano, y obviando las dos merecidas técnicas, resulta que fue SIH el equipo con más faltas (18 frente a 17). Pobre intento y penosa actitud, pues, que esperamos que mejore en el partido de vuelta.

En cualquier caso, para lo que no hay que esperar es para exigir a nuestras autoridades que, sin demora, vuelvan a rotular el nombre de la calle donde se ubica nuestro polideportivo para que todos los madrileños puedan sentirse orgullosos de albergar en su ciudad a un equipo como SIH. Llámese, pues, Paseo Imperial de SIH.

FICHA TÉCNICA


Resultado final: SIH 62- Familia Monster 52
Parciales: 13-12, 21-9, 21-23 y 7-8.
Anotadores: Guille (18), Uli (14), Porti (13), Picos (9), Ortiz (4), Foro (2), Moreno (2).

7 comentarios:

Valdano dijo...

No tengo palabras

Perrete dijo...

Siempre me gustaron mas los Adams...no hay color

Bog doll dijo...

Los chiripituflauticos

Anónimo dijo...

Sois muy chulitos ahora pero os hemos machacado antes y lo haremos a la vueltya

Anónimo dijo...

eso eso que nos la machaquen

Anónimo dijo...

Terceros por la cola.

Rocco S. dijo...

Ser primero por la cola mola.