lunes, 11 de marzo de 2024

LA JUVENTUD DE HOY

 

 

Por Mínguez

La juventud de hoy es maleducada, desprecia la autoridad y no respeta a sus mayores. Este molesto runrún, pantallitas y redes sociales mediante, está lejos de ser original de nuestro tiempo, pues ya colea desde los tiempos de Sócrates -según transmitió su conspicuo discípulo Platón-. 

Los muchachos de SIH, siempre preocupados por la deriva de nuestro tiempo y por la historia del pensamiento en general, se decidieron finalmente a dar otro paso al frente y enmendar la plana a esa colección de pedófilos y corruptores incorporando a otro destacado representante del nuevo milenio –el anterior ajusticiaba la víspera a su Amigo en compañía de su cuñado-, quien tuvo hoy su puesta de largo oficial en las sagradas pistas del Samaranch, donde SIH ha firmado algunas de sus mejores páginas, y de las otras también.

Javier Azurmendi del Valle –Azurmendi del Valle en adelante para abreviar-, superó con nota la primera de las pruebas, la de estar a las 9 de la mañana. No solo eso, sino que se permitió luego lamentarse por que abrieran solo con un cuarto de hora de antelación las instalaciones, palabras que afortunadamente no captó nadie del Comité de Empresa del funcionariado municipal madrileño.

La segunda prueba llegaría también muy pronto, pues tras la idea del cuerpo técnico, sabiamente dirigido por Andrés, de que empezara en el banquillo para conocer mejor desde la banda el libro de jugadas de SIH, Álvaro, que iba a hacer el salto inicial, comprobó que no se podía quitar la alianza matrimonial: así, tuvo que ser sustituido deprisa y corriendo ya antes de que empezara el partido, entrando Azurmendi del Valle en el quinteto titular (hay que señalar que poco después el anillo finalmente salió, pues esa sagrada unión ante Dios solo la puede romper el baloncesto de SIH, como apuntaría después Antonio González, el Coloso de El Pardo, que hoy hizo una pausa del boxeo, el golf y en general el 80% del olimpismo para honrar el partido con su presencia).

Tras una primera jugada de SIH marca de la casa, un triple de Guille que esta vez (tampoco) entró, el debutante quiso devolver el cariño y la confianza con una magnífica entrada que terminó en un lanzamiento en semigancho con la derecha que tras tocar el tablero pasó limpiamente al otro lado del aro. Una albacetiña en su primer tiro oficial con la camiseta de SIH dice mucho del compromiso y de los valores de Azurmendi del Valle. No todo está perdido.

Enfrente de SIH estaba Dubitis, otro clásico de las ligas municipales en horas bajas por lo que indica la clasificación, y que plantearon un partido basado en ser rocosos –ese adjetivo tan socorrido, como ese estudio de 25 metros cuadrados con muchas posibilidades- y en jugar despacio.

El partido en el primer cuarto, y en general en la primera parte, fue más pesado que la digestión de un bocadillo de grava con pan duro. Los puntos escaseaban, y por parte de SIH recordamos una impensable entrada de Álvaro desde fuera de la zona contra tres que acabó en canasta, mucho tiro libre por parte de Guille, hoy sí muy certero desde esa línea maldita, con Dubitis metiendo mucho balón dentro hacia su torre de siempre y a Walter, su mejor jugador y platicador incansable (que no sabemos si era argentino aunque por el acento lo parecía pero desde esta página no se dirá nunca nada en contra de ese pueblo querido y hermano).

Para intentar cambiar el aire del partido, el míster de garrafón Mínguez trató de convencer a Ulises para efectuar unos precisos ajustes sobre su defensa 2-3, que no terminaron de funcionar porque ellos decidieron no utilizar esa defensa, ni antes ni en ningún momento, lo que frustró un plan que parecía invencible.

Mientras, hay que decir que las ganas de agradar de Azurmendi del Valle no se quedaron en su primer ataque, pues después de la albacetiña de saludo falló dos o tres más debajo del aro para terminar la primera parte con cero puntos, plenamente integrado por tanto en la dinámica.

Al descanso se llegó con un 14-8 a favor de SIH que dice más que lo que podamos tratar de explicar desde aquí, pues hay cosas que escapan a lo lógica, como por ejemplo el final de uno de esos cuartos cuando, al grito desde la mesa de último minuto, un jugador de Dubitis decidió a continuación lanzar un triple casi desde su campo; SIH, tras coger el rebote más fácil de la historia del baloncesto -pues los cuatro compañeros del lanzador estaban aún en su campo-, armó un ataque rápido, pero mucho, que terminó con un triple de Ulises también casi desde el medio campo, por lo que ellos tuvieron tiempo para, tras coger el segundo rebote más rápido de la historia del baloncesto –pues los cuatro compañeros de Ulises etc-, volver a lanzar otro triple desde su campo cuando todavía quedaban veinte segundos. Nadie entendía nada. Acelerado y con la música de Benny Hill, sería un clásico instantáneo en redes.

En el descanso, el míster Muñiz sacó la libreta y dio instrucciones precisas, basadas en que, con el rebote más o menos seguro, uno de los de arriba palomeara para buscar todo el tiempo el contraataque. Nadie interpreta esa suerte mejor que Juan, que a partir de ahí y lanzado por Ulises, se puso las botas en bandejas de toda índole.

Con Dubitis, declarados amigos del slow life (que eso existe ahora), todavía pensando  en cómo afrontar el cambio de velocidad, llegó el momento culminante del partido: Azurmendi del Valle, que ya había estado defendiendo muy bien en el primer tiempo, colocó EL TAPÓN a Walter (que así creemos que se llama). Adivinó perfectamente que este se giraría hacia la línea de fondo para despegar y hundir con la mano abierta al jugador rival, logrando la metáfora perfecta sobre el encuentro de dos trayectorias contrarias en ese mismo hecho que es la vida.

Esa intersección, EL TAPÓN, propició también que el recién llegado a SIH encontrara su rumbo en ataque con varias canastas –la primera celebrada como con los gritos de los del balonvolea ese del fondo-, incluido un dos más uno, con Guille anotando también a tres cuatro metros, para abrir una brecha que, pese a los esfuerzos de Dubitis con pequeños parciales, ya era definitiva.

Con el partido ya sentenciado, la parte final se convirtió de nuevo en un pequeño descalzaperros. El artero Foro (que se había alternado con Mínguez en la pista para chocar con rivales) susurró a Ulises que uno de sus rivales en la clasificación de anotadores de triples había hecho tres en el partido que había jugado antes. Pese a que eso habría supuesto abrir el pabellón sobre las 6 de la mañana (no quiero ni pensar qué diría aquí el del Comité de Empresa antes citado), el base de la Elipa cayó en la trampa y, con un triple hasta el momento y una buena dirección con puntos y asistencias, al reclamo de Vamos a hacer estadística acaudilló una nueva fase de partido. Se logró sobradamente el objetivo, engordar la estadística, afortunadamente una que no vemos en el cuadro de anotación pues los seis últimos minutos no se movió el marcador por parte de ningún equipo.

A esa espiral le siguieron gustosos otros miembros de SIH, entre ellos Guille, siempre presto, y Azurmendi del Valle, que terminó de demostrar su perfecta comunión con los valores de SIH, porque la juventud de hoy está bien educada y sí respeta a sus mayores. Lo de la autoridad, pues ya se verá.

Y ahora vas y se lo cascas a Sócrates, Platón.

 

 


domingo, 3 de marzo de 2024

CUCHILLOS LARGOS


 

Por Mínguez

Mañana de cuchillos largos en el Samaranch. Las bravas huestes de SIH cambiaban apresuradamente el micro por el balón y se presentaban en buen estado de revista contra los presuntuosos líderes de la liga.

Tras cambiar a última hora el saque inicial preparado la víspera ante la sospecha del míster suplente de que la estaban esperando -dejando a Álvaro en el banquillo para generar confusión-, el primer cuarto dejó clara la tónica de lo que iba a ser el partido: leña y más leña. Un último triple de ellos los dejaba con mínima ventaja tras un gran comienzo de SIH, después de un rato de zozobra en los 3 últimos minutos en que a los jugadores naranjas se les aparecieron fantasmas de la noche anterior, con dificultades para subir, bajar y en general moverse por la pista.

En el segundo cuarto, con el único pero de SIH del rebote (su ausencia, quiero decir), los naranjas siguieron en el partido con momentos de gran baloncesto que los rivales solo podían parar a base de golpes, celebrando el desajuste de SIH en los tiros libres para mantenerse 1 arriba al descanso.

Con algún jugador contrario dando el coñazo en el intermedio al árbitro amigo de Tino (no preguntó por él), sin entender por qué les pitaban faltas cuando son guapos y atléticos, a partir del tercer cuarto decidieron subir (más) el nivel de violencia, pero ni así era suficiente. 

Plantándose en defensa individual y con un blanco atlético fraudulento presionando toda la cancha a Ulises, el de La Elipa tiraba de casta pese a tener los brazos como si hubiera pasado una noche de pasión con una maraña de gatos callejeros, con un triplazo incluido y dando opciones a todos con momentos épicos como un brillante 2+1 de Álvaro. Quien mejor aprovechaba su magistral dirección era Guille, que pasaba por encima de sus defensores entrando una y otra vez a canasta.

En el aro contrario, los blancuzcos rivales también trataban de pasar a los bravos defensas de SIH, pero no por encima sino a través, chocando una y otra vez con la impenetrabilidad de los cuerpos, con Foro, Álvaro y Juan absorbiendo los impactos y cerrando ya sí el rebote.

Así se llegó al ajustado desenlace, con los Impresentables cada vez más obsesionados por hacer honor a su nombre, llevando incluso un calvo de ellos al límite al paciente Juan, que recibió un ushiro-nage al que respondió impasible con una mirada fuerte, así, como de la muerte, que envolvió en pañales al impresentable y terminó de acreditar la superioridad psicológica naranja.

Un goteo de tiros libres, con rebotes en ataque de Guille e incluso de un infatigable David, que perreteó en nuevos terrenos ampliando el repertorio, permitió un desenlace plácido, colofón de 24 horas SIH-non-stop.

Como anécdota, diremos que SIH siguió fiel a su costumbre regalando a los que pudieron verla una de las mejores albacetiñas de la temporada. Fue a cargo de Guille, que en un precioso slalom pleno de coraje se plantó debajo de la canasta para el desenlace esperado. Poco después pidió el cambio y luego reconoció que consiguió la genialidad porque, llegado hasta allí, se mareó y no conseguía enfocar el aro, lo que ya le había pasado en la primera parte. Cosas de genios.

domingo, 19 de diciembre de 2021

LECCIÓN DE PUNDONOR


 

Veteranos de los Tercios en Rocroi. Cuadro de Ferrer-Dalmau. Foto: Wikipedia.

Rocroi, 19 de mayo de 1643. Los veteranos de los viejos Tercios de Flandes, privados de munición y padeciendo espantosas heridas, luchan hasta el final contra la tropas francesas que les asedian por los cuatro puntos cardinales, afianzadas sus gastadas rodillas sobre los cuerpos de sus compañeros muertos. Su derrota pasó a la historia como ejemplo de gallardía y pundonor.

Polideportivo Marqués de Samaranch, 19 de diciembre de 2021. Los veteranos de SIH, diezmados, carentes de sus tiradores, de dirección técnica y presa de las lesiones, protagonizan uno de los ejemplos más bellos de gallardía y pundonor vistos nunca en la historia de los Juegos Deportivos Municipales.

Muy lejos está de las intenciones de este humilde cronista comparar la sangre vertida sobre el campo de batalla por nuestros nobles antepasados en aquellas tierras cenagosas con el sudor derramado este 19 de diciembre sobre el parqué del Samaranch; sería comparar una contienda de hombres en defensa de su país y su vida con un deporte cuya principal ventaja (al menos a ojos de quien escribe estas líneas) es preparar el alma y el cuerpo para la sacrosanta ceremonia dominical basada en la ingesta masiva de cañas y apertivos

Por ello vaya desde aquí nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a aquellos que, con su sangre, ayudaron a poner las bases de un país que hoy permite que hombres adultos, en vez de destazarse a tajo limpio sobre esas tierras de Dios, divertirse mientras tratan de hacer pasar un balón por un aro.

Dicho esto, y volviendo al Marqués de Samaranch, los hombres de SIH, que empezaron siendo seis y jugaron más de medio partido siendo cuatro más un lesionado, jugaron uno de los mejores encuentros de su historia frente a un equipo, Familia Monster, muy sólido y experimentado, con un banquillo realmente numeroso pese a la intempestiva hora, y que además contaba con un arma secreta temible: una pizarra táctica con muchas hojas.

Mientras, los naranjas, víctimas de la desestrosa gestión del estamento directivo de los últimos años (que desde aquí denunciamos, sobre todo porque no se invitan a nada), huérfanos de dirección técnica (¿dónde se ha metido el Míster?), con algunos números de camisetas medio borrados (¿dónde está el patrocinador?) y por encima de todo, sin pizarra ni libreta (otro gallo hubiera cantado), se dispusieron a darlo todo sobre la cancha. Y así lo hicieron.

Primero comandados por Uli, como siempre genial hasta que tuvo que retirarse lesionado; y luego llevando a cabo un juego de equipo ejemplar, donde todos asumieron sus responsabilidades con pundonor, donde nadie escatimó esfuerzo, con Juan en plan estelar, asediando el aro final, Efrén mostrando su garra y su polivalencia, Mínguez haciendo gala de rapidez y reflejos, Tino aportando visión de juego y su empuje habitual, y González anotando inluso a la pata coja frente a un equipo superior en número y recursos (a partir de ahora le podrán llamar 'La Croqueta Coja'), los eclesiásticos demostraron una vez más por qué son historia viva de las ligas municipales.

Solo el paso de los siglos ensombrecerá, acaso, el brillo de sus gestas. Y solo un ignorante juzgaría por una sola variable (el tanteo) la riqueza de encuentros como el de este domingo. Porque es cierto que SIH perdió en un único y parcial aspecto del juego, el resultado, pero fue el claro vencedor en todos los demás: sacrificio, pundonor, valentía, sudor derramado, juego intuitivo, libertad creativa, resiliencia, saber perder (mucho más importante que no saber ganar), belleza (pese a la hora estaban todos guapísimos), juego a la pata coja, deportividad, y trato respetuoso a los colegiados, entre otros.

Como dicen en una película de cuyo nombre no quiero acordarme, es un honor y un privilegio jugar con ustedes. Por muchos años más.

martes, 23 de noviembre de 2021

UNA VICTORIA DE CARÁCTER

 

 
Por Álvaro Cows

En los años ochenta, Lavapiés no era un barrio fácil para un niño, ni Usera, ni la Elipa de los noventa; por no hablar de Entrevías, donde los problemas derivados de la epidemia de heroína y la escasez de dinero eran incluso mayores. Descubrir el mundo tampoco era un asunto sencillo en Parla, ni en el lejano distrito de Peñagrande. En aquella época, empezar a botar el balón en un destartalado pabellón del barrio chino de Palma no era lo mismo que acudir a un colegio de pago de las afueras y había que ser muy valiente para desafíar al frío en las canchas de Albacete o, algún tiempo después, en los patios de Logroño, donde cualquier debilidad era señalada con crueldad por tus compañeros. Pero si algo aprendieron los eclesiásticos de su niñez, que es cuando se forja el carácter de las personas, fue a que siempre hay que echarle un par de narices a la vida y que no hay que rendirse nunca, porque para los que luchan, hay recompensa.

El botín, en este caso, fue una nueva victoria de SIH, la segunda consecutiva, y aunque sobre el papel los 11 puntos de ventaja con los que se cerró el marcador invitan a pensar en un plácido paseo, no fue tarea fácil. Para lograrlo, los naranjas tuvieron que tirar de oficio, templanza y mucho sacrificio para dejar en aguas de borraja los intentos de los Maritornes por alcanzar a los eclesiásticos, lanzados en el ataque por Uli y Guille, imparables una vez más sobre el flamante parqué del Samaranch. Así arrancó el encuentro, con un parcial de trece cero que, al descanso, se quedó en un holgado pero trabajado 23 a 11.

Tras el paso por los vestuarios, Maritornes lograron ponerse a solo cinco puntos aprovechando cierto despiste de los eclesiásticos, pero entonces una bombita mágica de González que casi llegó a tocar el techo del pabellón dinamitó las aspiraciones de los atónitos rivales. Quienes no conocen a este jabato curtido en la periférica Peñagrande tildaron aquella canasta de producto de la suerte. Sin embargo, para sus amigos, solo fue una más de las maravillas con las que adereza los entrenamientos. Y tras la detonación, la férrea defensa de Tino, Foro y Álvaro, que construyeron una muralla infranqueable gracias al hormigón traído del castizo Lavapiés, la ruda Entrevías y el barrio chino de Palma, dio nuevos bríos al dúo atacante, dos jugadores a los que no les duelen prendas en reconocer que llevan a La Elipa y La Rioja en el corazón.

Además, no estaban solos, todavía faltaba por ver en acción a Carlos, el titán reboteador de Usera, y contemplar con gozo como, tras la lesión, Juan regresaba ágil a los contragolpes tal y como antaño corría por las calles de Albacete. También David sacaba a relucir su picaresca parleña para poner las cosas difíciles a los bases rivales, anular su juego y llegar con una ventaja de ocho puntos al último cuarto. “Cuidado, que si empiezan a enchufar triples podemos tener problemas”, alertaba con honestidad el escolta. Pero la temida remontada del oponente no tuvo lugar gracias a que, a cada canasta suya, los naranjas respondieron anotando al dejar de lado los nervios, conscientes de que en los momentos clave, la duda y la falta de confianza son las peores compañeras de viaje.

Frente a SIH, los jóvenes jugadores de rojo confundieron el carácter con la ira, craso error cuando te enfrentas a hombres que de niños forjaron su personalidad a base de dignidad, orgullo y decisión ante las desavenencias de la vida. Gracias a ello, supieron eludir con maestría sus provocaciones, empujones y golpes, aunque fruto de la lucha alguno tuviera que pasar momentáneamente por la enfermería. En el bando contrario, la desesperación hizo naufragar a los oponentes en un mar de técnicas y faltas antideportivas. 
 
Ahora, tras esta sufrida victoria, toca mirar al domingo siguiente sin temor, con ganas de seguir sumando, sin descartar nada y dando alegrías a sus seguidores, entre los que un día más se encontraban varios menores. “¿Pero, no cree usted que, ante tanta violencia, este no es espectáculo para niños?”, interfirió un miembro de la cañallesca en la rueda de prensa posterior al encuentro. “No, al contrario, hay que traer a los pequeños para que aprendan pronto que la vida es dura y que muchas veces las cosas no son fáciles“, respondió con rotundidad el capitán naranja. Amén.
 
PD: Este humilde cronista se toma la libertad de dedicar esta victoria de SIH a Antonio Escohotado, el célebre filósofo fallecido el mismo día del encuentro con el que compartíamos ciertas aficiones. Descanse en paz


FICHA TÉCNICA

Resultado: Maritornes,32 - SIH, 43 - Ubuntu, 33.

Parciales: 1-14, 10-9, 11-7 y 10-13.

Jugaron por SIH: Uli (18), Guille (17), González (2), Juan (2), Tino (2), Foro (1), Álvaro (1), Mínguez y David.
 

 


domingo, 14 de noviembre de 2021

VOTO DE SILENCIO EN EL MONASTERIO NARANJA



 


Por Gonzalo de Berceo

Decía Cioran que solo somos las humillaciones a las que nos someten los orificios de nuestros cuerpos. También decía que lo único que le mantenía vivo era saber que podía pegarse un tiro en cualquier momento y murió de viejo. Bien jugado Emil. Minipunto para Rumanía. 

Esta crónica se centra en uno de esos orificios, dejando de lado otros más escatológicos o cerúleos. Nos referimos a la boca, claro. Ah, la boca… Sirve para comer, beber, escupir, beber, besar, beber, chupar y también para beber. Todas esas cosas están muy bien y, aunque a veces dan problemas, nada comparado con el gran problema que emana de la lengua: hablar. Conversar es sano, un indudable motor de crecimiento humano, intercambiando palabras nos conocemos mejor e incluso podemos contar desternillantes chistes de Arévalo, pero ay, no es menos cierto que por la boca muere el pez y cualquier jugador de baloncesto. 

En este noble deporte se brega mucho, a veces muchísimo, como así sucedió este domingo en el Samaranch, donde SIH y Ubuntu entablaron una batalla intensa y noble hasta que las lenguas se desataron. Porque zurrarse el lomo con un rival es hermoso, incluso perentorio. Pero mire usted, comerle la oreja con imprecaciones constantes, pues no. Las bocas deben estar cerradas. Es la única manera de esquivar a Cioran. Por contra, si quedan abiertas, hablan, y hablan, y llegan las humillaciones. 

Lejos de caer en provocaciones, los chicos de SIH se taparon los oídos -los únicos orificios pasivos- y se dedicaron a jugar al baloncesto. Esto es, a luchar, disfrutar y meter más canastas que el rival, que es de lo va la vaina. Y el que quiera hablar, que acuda al mostrador de Ryanair y adquiera un billete para volar a Londres. En la capital británica hay un inmenso parque llamado Hyde Park y dentro de este vergel encontrará el Speaker’s córner, un rincón donde cualquiera puede subirse a un taburete y soltar su perorata a quien quiera escucharle. Good luck.. Mientras tanto, los muchachos de naranja se reunirán en la Parroquia para celebrar una nueva victoria, contarse chascarrillos y comer tapas absurdas. Y para beber cerveza, claro, que la boca también sirve para eso. Por si no se había mencionado. Salud y silencio para todos.



FICHA TÉCNICA

Resultado: SIH, 39 - Ubuntu, 33.

Parciales: 10-6, 5-9, 12-8 y 12-10.

Jugaron por SIH Uli (14), David (1), Guille (14), Foro (4), Álvaro (6), Mínguez, Tino y Juan.

lunes, 9 de marzo de 2020

UN MARTILLO PILÓN LLAMADO SIH


Los Diferentes no fueron rival este domingo para la escuadra naranja de SIH que, cual implacable martillo pilón, acabó con machacona contundencia con las esperanzas del rival, que por ceder acabó cediendo incluso sus colores para permitir que los eclesiásticos, pese a jugar como visitantes, lucieran su ya legendaria elástica titular.

Comandados por un Ulises excelso y un Porti en plena forma desde la línea de 3, los hombres de SIH solo permitieron a Los Diferentes un resquicio de esperanza en el primer cuarto, cuando la defensa aún no estaba del todo engrasada, lo que les permitió llegar al final del periodo inicial con una pírrica ventaja de un punto, muy meritoria por cierto dado el acierto tanto de Ulises como de Juan, quien por cierto cosechó puntos como se cosechan tomates en Almería, a tutiplén.

El apabullante parcial de 3-12 del segundo cuarto dio a los eclesiásticos una cómoda ventaja que esta vez, afortunadamente, no se tradujo en una relajación de las costumbres, de forma los hombres de naranja siguieron machacando el aro rival con decisión y sin el menor asomo de piedad, bien sustentados abajo, por Foro, Efrén y González, en el que por cierto fue su partido de debut en esta temporada.

La garra en ataque de Tino, los brazos interminables de Mínguez y el estilete volador de Álvaro, que demostró cómo un pívot puede surcar los aires cual albatros en busca del aro rival, y horadando la red con potencia y creando terror en las huestes rivales, completaron el cuadro de un equipo ambicioso, decidido y en plena forma que aún puede aspirar a todo esta temporada sobre todo si, como ocurrió este domingo, sigue contando con la pasión que su afición le transmite desde las gradas.

FICHA TÉCNICA

Resultado final: Los Diferentes 21 – SIH 46
Resultados parciales: 8-7, 3-12, 3-16 y 7-10.
Jugaron por SIH: Ulises (10), Juan (13), Foro, Porti (15), Mínguez, Tino, González (3), Álvaro (5) y Efrén.

martes, 3 de diciembre de 2019

NO EN MI TIENDA



El antepasado de 'El Abeto de Moratalaz', en el negocio familiar.

Por Carlos Mínguez

Enesimocuarto triunfo consecutivo de SIH en el Marqués de Samaranch, en un partido que no tuvo historia. Aquí podría y debería terminar la crónica, pero ya que nos hemos tomado la molestia de contar los puntos, esta vez muy repartidos como el gordo (otro que ni mete canastas ni inventa jugadas ni nada), seguiremos.


El día amaneció lluvioso y desapacible, pero hasta nueve integrantes de SIH acudieron a cumplir con su deber, escoltados por una nutrida hinchada infantil. Aunque los números del rival invitaban a confiarse, ya sabemos lo que dejó dicho el Sabio sobre los relojes que además andaban. SIH empezó marcando el ritmo bajo el comando de Ulises, que dirigió una sinfonía naranja en la que nadie daba la nota, acompañado por Guille y las carreras del joven Juan, para terminar con un contundente 18-1 el primer cuarto. 


Cambiaron muchas caras tras el receso, y esta vez eran Portillo, Tino u Ortiz los que aportaban en ataque mientras que el rival daba sentido a su nombre, Diferentes, probando alternativas relacionadas mejor o peor con el balón pero estrellándose una y otra vez contra la defensa de SIH, avanzando como lemmings hacia el precipicio ante el estupor de los naranjas para anotar una única canasta en los primeros veinte minutos.



Al final, el diablo está en los detalles, y no hay nadie en las filas de SIH más cercano al Maligno que Foro. Privilegiado conocedor de los arcanos del baloncesto, fue su oscura labor la que llevó a los chicos de Los Diferentes al colapso. “Enhorabuena. Me has secado”, le reconoció posteriormente fuera de los focos el jugador menos diferente de los rivales, en uno de los escasos momentos que este pasó fuera de la zona. “No en mi tienda”, pensaba para sus adentros el maquiavélico Abeto de Moratalaz mientras acariciaba un gato con el que hacer luego un foie gras que venderá a buen precio.


Tras el inmerecido descanso, los eclesiásticos se relajaron y, ya sin la tensión del resultado, pudieron disfrutar de los otros muchos aspectos que enriquecen nuestro deporte, probando nuevas suertes como un contraataque en el que Portillo despistó a todos finalizando con una asistencia (mérito que extrañamente se atribuyó el Gran Capitán Tino, a veinte metros de la jugada, pero nadie le chistó), o un tiro libre de Mínguez que no tocó ni aro y que fue muy celebrado por Guille, quien venía de fallar cuatro consecutivos en el cuarto anterior. 


Mientras, el banquillo se divertía con las fechorías de la chavalada de SIH -“Se han portado bien”, llegó a afirmar uno de los padres en el quinto tiempo, ajeno a que se lanzaron pelotas y caretas a la pista, desplazaron las porterías e incluso el árbitro tuvo que parar el desarrollo del partido para retirar una botella de agua que no cayó de pie-.



A todo esto, en un noble esfuerzo, Los Diferentes consiguieron rebajar mínimamente la diferencia gracias a la insistencia de su mejor jugador, liberado del inclemente yugo del Abeto de Moraralaz que, cumplido su deber, pasaba los minutos contabilizando los días de vacaciones que restaban a varios miembros del equipo, profesores, parados y gente de peor ralea: la España improductiva, lo único que esta temporada quita el sueño a los mejores de los nuestros.


SIH 45, Los Diferentes 22 (18-1, 11-3, 5-5, 11-13).


Jugaron por SIH: Ulises (15), Portillo (7), Juan (7), Guille (5), Tino (3), Foro (3), Ortiz (3), Mínguez (2), Efrén.