domingo, 19 de diciembre de 2021

LECCIÓN DE PUNDONOR


 

Veteranos de los Tercios en Rocroi. Cuadro de Ferrer-Dalmau. Foto: Wikipedia.

Rocroi, 19 de mayo de 1643. Los veteranos de los viejos Tercios de Flandes, privados de munición y padeciendo espantosas heridas, luchan hasta el final contra la tropas francesas que les asedian por los cuatro puntos cardinales, afianzadas sus gastadas rodillas sobre los cuerpos de sus compañeros muertos. Su derrota pasó a la historia como ejemplo de gallardía y pundonor.

Polideportivo Marqués de Samaranch, 19 de diciembre de 2021. Los veteranos de SIH, diezmados, carentes de sus tiradores, de dirección técnica y presa de las lesiones, protagonizan uno de los ejemplos más bellos de gallardía y pundonor vistos nunca en la historia de los Juegos Deportivos Municipales.

Muy lejos está de las intenciones de este humilde cronista comparar la sangre vertida sobre el campo de batalla por nuestros nobles antepasados en aquellas tierras cenagosas con el sudor derramado este 19 de diciembre sobre el parqué del Samaranch; sería comparar una contienda de hombres en defensa de su país y su vida con un deporte cuya principal ventaja (al menos a ojos de quien escribe estas líneas) es preparar el alma y el cuerpo para la sacrosanta ceremonia dominical basada en la ingesta masiva de cañas y apertivos

Por ello vaya desde aquí nuestro reconocimiento y profundo agradecimiento a aquellos que, con su sangre, ayudaron a poner las bases de un país que hoy permite que hombres adultos, en vez de destazarse a tajo limpio sobre esas tierras de Dios, divertirse mientras tratan de hacer pasar un balón por un aro.

Dicho esto, y volviendo al Marqués de Samaranch, los hombres de SIH, que empezaron siendo seis y jugaron más de medio partido siendo cuatro más un lesionado, jugaron uno de los mejores encuentros de su historia frente a un equipo, Familia Monster, muy sólido y experimentado, con un banquillo realmente numeroso pese a la intempestiva hora, y que además contaba con un arma secreta temible: una pizarra táctica con muchas hojas.

Mientras, los naranjas, víctimas de la desestrosa gestión del estamento directivo de los últimos años (que desde aquí denunciamos, sobre todo porque no se invitan a nada), huérfanos de dirección técnica (¿dónde se ha metido el Míster?), con algunos números de camisetas medio borrados (¿dónde está el patrocinador?) y por encima de todo, sin pizarra ni libreta (otro gallo hubiera cantado), se dispusieron a darlo todo sobre la cancha. Y así lo hicieron.

Primero comandados por Uli, como siempre genial hasta que tuvo que retirarse lesionado; y luego llevando a cabo un juego de equipo ejemplar, donde todos asumieron sus responsabilidades con pundonor, donde nadie escatimó esfuerzo, con Juan en plan estelar, asediando el aro final, Efrén mostrando su garra y su polivalencia, Mínguez haciendo gala de rapidez y reflejos, Tino aportando visión de juego y su empuje habitual, y González anotando inluso a la pata coja frente a un equipo superior en número y recursos (a partir de ahora le podrán llamar 'La Croqueta Coja'), los eclesiásticos demostraron una vez más por qué son historia viva de las ligas municipales.

Solo el paso de los siglos ensombrecerá, acaso, el brillo de sus gestas. Y solo un ignorante juzgaría por una sola variable (el tanteo) la riqueza de encuentros como el de este domingo. Porque es cierto que SIH perdió en un único y parcial aspecto del juego, el resultado, pero fue el claro vencedor en todos los demás: sacrificio, pundonor, valentía, sudor derramado, juego intuitivo, libertad creativa, resiliencia, saber perder (mucho más importante que no saber ganar), belleza (pese a la hora estaban todos guapísimos), juego a la pata coja, deportividad, y trato respetuoso a los colegiados, entre otros.

Como dicen en una película de cuyo nombre no quiero acordarme, es un honor y un privilegio jugar con ustedes. Por muchos años más.

martes, 23 de noviembre de 2021

UNA VICTORIA DE CARÁCTER

 

 
Por Álvaro Cows

En los años ochenta, Lavapiés no era un barrio fácil para un niño, ni Usera, ni la Elipa de los noventa; por no hablar de Entrevías, donde los problemas derivados de la epidemia de heroína y la escasez de dinero eran incluso mayores. Descubrir el mundo tampoco era un asunto sencillo en Parla, ni en el lejano distrito de Peñagrande. En aquella época, empezar a botar el balón en un destartalado pabellón del barrio chino de Palma no era lo mismo que acudir a un colegio de pago de las afueras y había que ser muy valiente para desafíar al frío en las canchas de Albacete o, algún tiempo después, en los patios de Logroño, donde cualquier debilidad era señalada con crueldad por tus compañeros. Pero si algo aprendieron los eclesiásticos de su niñez, que es cuando se forja el carácter de las personas, fue a que siempre hay que echarle un par de narices a la vida y que no hay que rendirse nunca, porque para los que luchan, hay recompensa.

El botín, en este caso, fue una nueva victoria de SIH, la segunda consecutiva, y aunque sobre el papel los 11 puntos de ventaja con los que se cerró el marcador invitan a pensar en un plácido paseo, no fue tarea fácil. Para lograrlo, los naranjas tuvieron que tirar de oficio, templanza y mucho sacrificio para dejar en aguas de borraja los intentos de los Maritornes por alcanzar a los eclesiásticos, lanzados en el ataque por Uli y Guille, imparables una vez más sobre el flamante parqué del Samaranch. Así arrancó el encuentro, con un parcial de trece cero que, al descanso, se quedó en un holgado pero trabajado 23 a 11.

Tras el paso por los vestuarios, Maritornes lograron ponerse a solo cinco puntos aprovechando cierto despiste de los eclesiásticos, pero entonces una bombita mágica de González que casi llegó a tocar el techo del pabellón dinamitó las aspiraciones de los atónitos rivales. Quienes no conocen a este jabato curtido en la periférica Peñagrande tildaron aquella canasta de producto de la suerte. Sin embargo, para sus amigos, solo fue una más de las maravillas con las que adereza los entrenamientos. Y tras la detonación, la férrea defensa de Tino, Foro y Álvaro, que construyeron una muralla infranqueable gracias al hormigón traído del castizo Lavapiés, la ruda Entrevías y el barrio chino de Palma, dio nuevos bríos al dúo atacante, dos jugadores a los que no les duelen prendas en reconocer que llevan a La Elipa y La Rioja en el corazón.

Además, no estaban solos, todavía faltaba por ver en acción a Carlos, el titán reboteador de Usera, y contemplar con gozo como, tras la lesión, Juan regresaba ágil a los contragolpes tal y como antaño corría por las calles de Albacete. También David sacaba a relucir su picaresca parleña para poner las cosas difíciles a los bases rivales, anular su juego y llegar con una ventaja de ocho puntos al último cuarto. “Cuidado, que si empiezan a enchufar triples podemos tener problemas”, alertaba con honestidad el escolta. Pero la temida remontada del oponente no tuvo lugar gracias a que, a cada canasta suya, los naranjas respondieron anotando al dejar de lado los nervios, conscientes de que en los momentos clave, la duda y la falta de confianza son las peores compañeras de viaje.

Frente a SIH, los jóvenes jugadores de rojo confundieron el carácter con la ira, craso error cuando te enfrentas a hombres que de niños forjaron su personalidad a base de dignidad, orgullo y decisión ante las desavenencias de la vida. Gracias a ello, supieron eludir con maestría sus provocaciones, empujones y golpes, aunque fruto de la lucha alguno tuviera que pasar momentáneamente por la enfermería. En el bando contrario, la desesperación hizo naufragar a los oponentes en un mar de técnicas y faltas antideportivas. 
 
Ahora, tras esta sufrida victoria, toca mirar al domingo siguiente sin temor, con ganas de seguir sumando, sin descartar nada y dando alegrías a sus seguidores, entre los que un día más se encontraban varios menores. “¿Pero, no cree usted que, ante tanta violencia, este no es espectáculo para niños?”, interfirió un miembro de la cañallesca en la rueda de prensa posterior al encuentro. “No, al contrario, hay que traer a los pequeños para que aprendan pronto que la vida es dura y que muchas veces las cosas no son fáciles“, respondió con rotundidad el capitán naranja. Amén.
 
PD: Este humilde cronista se toma la libertad de dedicar esta victoria de SIH a Antonio Escohotado, el célebre filósofo fallecido el mismo día del encuentro con el que compartíamos ciertas aficiones. Descanse en paz


FICHA TÉCNICA

Resultado: Maritornes,32 - SIH, 43 - Ubuntu, 33.

Parciales: 1-14, 10-9, 11-7 y 10-13.

Jugaron por SIH: Uli (18), Guille (17), González (2), Juan (2), Tino (2), Foro (1), Álvaro (1), Mínguez y David.
 

 


domingo, 14 de noviembre de 2021

VOTO DE SILENCIO EN EL MONASTERIO NARANJA



 


Por Gonzalo de Berceo

Decía Cioran que solo somos las humillaciones a las que nos someten los orificios de nuestros cuerpos. También decía que lo único que le mantenía vivo era saber que podía pegarse un tiro en cualquier momento y murió de viejo. Bien jugado Emil. Minipunto para Rumanía. 

Esta crónica se centra en uno de esos orificios, dejando de lado otros más escatológicos o cerúleos. Nos referimos a la boca, claro. Ah, la boca… Sirve para comer, beber, escupir, beber, besar, beber, chupar y también para beber. Todas esas cosas están muy bien y, aunque a veces dan problemas, nada comparado con el gran problema que emana de la lengua: hablar. Conversar es sano, un indudable motor de crecimiento humano, intercambiando palabras nos conocemos mejor e incluso podemos contar desternillantes chistes de Arévalo, pero ay, no es menos cierto que por la boca muere el pez y cualquier jugador de baloncesto. 

En este noble deporte se brega mucho, a veces muchísimo, como así sucedió este domingo en el Samaranch, donde SIH y Ubuntu entablaron una batalla intensa y noble hasta que las lenguas se desataron. Porque zurrarse el lomo con un rival es hermoso, incluso perentorio. Pero mire usted, comerle la oreja con imprecaciones constantes, pues no. Las bocas deben estar cerradas. Es la única manera de esquivar a Cioran. Por contra, si quedan abiertas, hablan, y hablan, y llegan las humillaciones. 

Lejos de caer en provocaciones, los chicos de SIH se taparon los oídos -los únicos orificios pasivos- y se dedicaron a jugar al baloncesto. Esto es, a luchar, disfrutar y meter más canastas que el rival, que es de lo va la vaina. Y el que quiera hablar, que acuda al mostrador de Ryanair y adquiera un billete para volar a Londres. En la capital británica hay un inmenso parque llamado Hyde Park y dentro de este vergel encontrará el Speaker’s córner, un rincón donde cualquiera puede subirse a un taburete y soltar su perorata a quien quiera escucharle. Good luck.. Mientras tanto, los muchachos de naranja se reunirán en la Parroquia para celebrar una nueva victoria, contarse chascarrillos y comer tapas absurdas. Y para beber cerveza, claro, que la boca también sirve para eso. Por si no se había mencionado. Salud y silencio para todos.



FICHA TÉCNICA

Resultado: SIH, 39 - Ubuntu, 33.

Parciales: 10-6, 5-9, 12-8 y 12-10.

Jugaron por SIH Uli (14), David (1), Guille (14), Foro (4), Álvaro (6), Mínguez, Tino y Juan.