lunes, 19 de diciembre de 2011

VICTORIA ENORME

Los chicos y chicas de SIH, tras su victoria.


Este equipo no deja de sorprender, temporada tras temporada. Diríase, sencillamente, que no tiene techo, que cada domingo persigue la excelencia con un ahínco que no parece de este mundo, enseñando a los rivales no sólo cómo se juega al baloncesto, sino cómo debe vivirse esta existencia de privilegio. 

Contra los Monster, SIH volvió a abrir el tarro de las esencias y demostró su capacidad enorme para convertir lo que muchos consideran un mero deporte, el baloncesto, en una experiencia única donde, cual crisol infinito, caben no sólo el deporte y la táctica, la velocidad o el acierto, sino también, y lo que es más importante, la unidad, el amor, la amistad, el alcohol y el jamón ibérico.

En el plano deportivo lo cierto es que la jornada no fue muy reseñable. SIH acudió con mucha ilusión a un partido contra los campeones del año pasado y se los encontró enpequeñecidos, tristes, obligados a hacer un juego tosco y muy lejano al brillo del que mostraron que eran capaces. Ganaron, sí, pero con un resultado tan pobre que casi hubiera sido mejor que perdieran, dada su dilatada y brillante trayectoria en los Juegos Municipales.

En cuanto al árbitro, su actuación fue digna de mención hasta tal punto que, sinceramente, no entendemos qué hace un colegiado de tal categoría en esta liga, cuando podría estar impartiendo justicia en la ACB o, por qué no, en la mismísima NBA. Creo que entre todos deberíamos promover algún tipo de iniciativa popular para que tan diestro profesional alcance pronto un puesto de relevancia en una competición de más fuste, eso sí, lejos de estas arduas e ingratas canchas. Es de justicia.

En cuanto a los chicos de SIH, no tuvieron de su lado a los hados del enceste, es cierto, pero pudieron disfrutar de una experiencia al alcance de muy pocos: avanzar con el balón mientras sentían, a su espalda, el aliento sincero y abrumador de una afición incansable, enorme, insustituible, a la que desde aquí todo el equipo da las gracias por su apoyo incondicional. Ese fue el verdadero partido, y ese marcador, de infinito a cero a favor de SIH, es el auténtico, el que quedará en nuestra memoria y el que hace más contundente esta victoria.

Pero la victoria, ya sin precedentes en la cancha, pues nunca un equipo de liga municipal arrastró a tan fieles seguidores de todas las edades, siguió en La Parroquia, ese gran local de Arganzuela que, por sí solo, dignifica todo un barrio y hace que merezca la pena recorrer kilómetros, como hacemos algunos, por degustar esas croquetas de setas o sumergirse en ese búcaro inmenso de patatas fritas que daría personalidad al mismísimo Escoffier.

Una vez allí, la victoria se redondeó y alcanzó el clímax cuando el Maestro sacó esa paletilla ibérica que hizo a todos, mayores, pequeños y aún más pequeños, pensar en lo grandes que somos y, en definitiva, disfrutar de la vida. 

Pero todo es mejorable, claro, y esta victoria enorme hubiera sido la victoria perfecta si no hubieran faltado algunos de los que constituyen la columna vertebral de este equipo. Les echamos de menos.

FICHA TÉCNICA


Resultado final: Familia Monster 33- SIH 23
Resultados parciales: 12-4, 5-6, 7-4 y 9-9.
Anotadores: Picos (7), Ortiz (5), González (4), Porti (3), Foro (2) y Tino (2).

En nuestro templo dominical

Con las chicas de La Parroquia, que nos cuidan con mimo.


7 comentarios:

Espursao dijo...

Me se caen las lagrimas, Gonzalez te superas cada día...

Caniche (12) dijo...

Iba a decir lo mismo. Creo que es la mejor crónica de un partido de baloncesto que he leído en mi vida.

PD: Anda que avisáis para las fotos!

Juan Carlos dijo...

A falta de Ruben y Juanmi, ya tenemos 9 eclesianticos nuevos.
Que bonito

El arbitro dijo...

Gracias por vuestros piropos y vuestros deseos

Juan Carlos dijo...

Sorry Ortiz, DARIO

Anónimo dijo...

Qué bonito, joer que envidia y yo en el fútbol, si el que es tonto es tonto

Javi Picos dijo...

Gran crónica. Feliz Navidad a todos. Viva el jamón y el queso