Ulises, imparable en ataque. |
El baloncesto, como toda actividad humana, tiene mucho que
ver con la bioquímica, aunque por desgracia se trata de una realidad
ampliamente ignorada por medios de comunicación de masas, los círculos de poder
y la sociedad en general. Es cierto que, aunque están siempre presentes, los
procesos bioquímicos que soportan la vida del hombre en sus distintas facetas
suelen pasar desapercibidos, ocupando un segundo plano. Sin embargo, hay
ocasiones en que la bioquímica abandona su perfil más discreto y pasa al primer
plano, mostrando su influencia sobre las cosas de forma palmaria, inequívoca y
contundente.
Es lo que pasó este domingo en el Samaranch. En un momento
dado, cuando el partido peor estaba para SIH, el encuentro empezó a jugarse, no
ya en términos de canastas, rebotes o faltas, sino en términos bioquímicos. Así
además de competir en velocidad, acierto en el tiro o esquemas de defensa o
ataque, los integrantes de SIH y Los Suaves empezaron a librar una lucha
subterránea en la mandaban las llamadas células de Leydig. Ya no era cuestión
que quién corría más o taponaba más o hacía más falta; sino simplemente de
quiénes tenía más células de Leydig y quiénes las tenían en un mejor estado de
forma.
Y ahí SIH no tuvo rival y, haciendo honor al lema que consta
en el encabezamiento de este blog, se levantó de sus cenizas y arrasó a Los
Suaves, cuyas células de Leydig, que para quien no lo sepa son aquellas propias
de los testículos (con perdón) que se dedican a producir testosterona, no
estaban para muchas fiestas y les llevaban a jugar a su habitual ritmo cansino
y soporífero, dicho sea con todos los respetos al rival.
Teniendo en cuenta las importantes ausencias de día (entre
ellas las del míster y la del que las malas lenguas llaman el Falo del
Samaranch), el arranque no le fue nada mal a SIH, que se dejó llevar a hombros
de un Tino que metió seis puntos seguidos con triple incluido y, con ayuda de
Foro y Ulises, que estuvo imparable todo el partido, logró que el equipo
cerrara el primer cuarto con cuatro de ventaja.
La cosa se torció en el segundo, cuando tras un tiempo
muerto y yendo seis por debajo, Los Suaves tiraron de oficio y empezaron a
entrar por la zona de SIH como Pedro por su casa ante la desesperación de SIH,
que vio esfumarse tan trabajada ventaja en un periodo para olvidar. En el
descanso las células de Leydig empezaron a proliferar de forma imparable en las
gónadas de los de SIH y empezó el rearme bioquímico a partir de la defensa, lo
que permitió llegar al cuarto y definitivo cuarto con las espadas en alto. Y
fue en el cuarto cuando llegó el arreón bioquímico y los jugadores de SIH,
actuando como poseídos, se echaron a la yugular del contrario sin mirar ya ni
marcador ni jugadas. Jugando con el corazón y otras cosas, SIH endosó un
parcial de 13-4 a Los Suaves, que no sabían ni por dónde les venía tal ciclón y
acabaron cediendo un partido que llegaron a tener en la mano.
FICHA TÉCNICA
Resultado final: Los Suaves 27-SIH 33
Parciales: 8-12, 11-4, 4-4 y 4-13.
Anotadores: Ulises (11), Tino (7), Foro (5), González (4), Ortiz (2), Juan Carlos (2) y Portillo
(2).
Tiros libres: 7 de 17.
9 comentarios:
enhorabuena alcachofas sanguinarias
Tanta historia para decir que hemos ganado por cojones...
QUIERO FICHAR POR SIH
El ritmo cansino de Los Suaves es más contagioso que la gripe A, casi nos pillan
"si es que lo vas pidiendo" me dijo el arbitro al hacermelo por tercera vez...
No hay foto de la afición
bien se abrazaba "la acosada" con el arbitro al final del partido. luego que si es amiguito mio
No hay foto de la afición porque hay menores y sin permiso de sus papás no los voy a lanzar al estrellato cibernético
Al foro el arbitro le hace ojitos.... Y le mira con deseo
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