martes, 5 de febrero de 2019

EL CANTAR DE MÍO SÁEZ

El Cid Sáez, perfilándose en el Samaranch con las primeras luces. / Foto: Brocken Inaglory

Por David Ortiz


Comenzó la jornada la noche antes del partido cuando, por los medios oficiales, recibimos inquietantes mensajes de algunos de los miembros más destacados de la franquicia. El habitual recogimiento previo a los días de partido de los jugadores naranja se vio truncado, por circunstancias que no vienen al caso, y nos hizo prever otra jornada histórica del baloncesto municipal. Las sospechas fueron confirmadas cuando, a cinco minutos del comienzo del partido, al menos diez aguerridos arabescos hacían las conocidas comoruedas de calentamiento” (técnica ignota para los jugadores de SIH)  mientras los cuatro jugadores eclesiásticos presentes departían despreocupadamente entre ellos sobre la levedad del ser y sus circunstancias. 

A las bajas médicas, viajes y los efectos dañinos de las malas compañías nocturnas se unió también la ausencia del Míster que, acosado por los rumores que le sitúan como candidato de Vox a la alcaldía de Madrid, decidió mantenerse fuera de los focos en esta fría mañana. Las más que meritorias apariciones en el último momento de Mínguez y un fantasmagórico Guille colmaron la pista del Samaranch de un aroma a épica que no desaparecería hasta bien entrada la mañana.

Trascurrió el primer cuarto sin gran novedad, entre bostezos, con los dos rivales midiendo sus aparentes escasas fuerzas. Dos abajo los de SIH y todo por decidir. El segundo cuarto, en apariencia anodino, fue el comienzo del fin para los numerosos Arabescos. Los valientes jugadores naranjas terminaron dos arriba el período, con escasas faltas, aireados y con los cuerpos y las mentes algo más desentumecidos, el desenlace final de la contienda ya estaba escrito.

Al inicio del tercer cuarto sonó el despertador. Conjurados los jugadores eclesiásticos para rubricar una nueva hazaña, desplegaron un recital de juego en defensa y en ataque que desbordó por completo al equipo rival. Contradiciendo los más básicos conocimientos biológicos y médicos y lejos de que el previsible cansancio les hiciera mella, el juego naranja no dejó de mejorar: triples, contraataques, tiros de campo, defensa… Salvo el ya habitual desacierto en el tiro libre, no hubo grieta por la que Arabescos pudiese erosionar la avalancha que se les venía encima. Seis arriba al final del período y más y mejor de lo mismo en el cuarto, hasta un total de 14 puntos de diferencia a la finalización del partido.

Especialmente reseñable la actuación de Guillermo Sáez que, a pesar de su estado de confusión y unas cifras algo inferiores a las habituales, sirvió de guía para el resto de jugadores de SIH que, inflamados por su ejemplo, le siguieron cual Cid atado a su caballo a la que podemos calificar, sin miedo a exagerar, como una nueva gesta de la escuadra naranja.

Resultado final: SIH 57 – ARABESCOS 33
Parciales: 7 – 9 / 22 – 20 / 34 – 28 / 57 – 33
Jugaron por SIH: Ulises (23), Guillermo (13), Foro (5), Mínguez (2), Tino (1), Ortiz (13).

No hay comentarios: