domingo, 22 de febrero de 2009

CURA DE HUMILDAD


No es por comparar a SIH con el TAU (porque ellos quedarían mal), pero hace unas semanas Rakocevic comentaba que casi les vendría bien perder algún partido para no llegar a la Copa del Rey con exceso de confianza. A los eclesiásticos nos sometió hoy a una buena cura de humildad el equipo de Los Mandriles (53-35). Tras un primer cuarto igualado (10-9), gracias a la anotación de Picos, los contrarios nos hicieron un roto total en el rebote que le llevó a endosarnos un 17-8 en el segundo cuarto, lo que suponía irnos diez abajo al descanso. Como no cambiamos la dinámica, y Los Mandriles siguieron reboteando, y anotando tanto desde dentro como desde fuera, la distancia fue aumentando hasta los 18 puntos finales, aunque hubo un momento en que nos acercamos a seis.

La culpa obviamente fue del gafe de la camiseta granate, que afortunadamente ya no tendremos que volver a ponernos esta temporada, pero vendría bien además recuperar el espíritu de lucha del que habla toda España cuando se refiere a SIH. Los buenos equipos renacen de sus cenizas tras las curas de humildad, y estoy seguro que nosotros también lo conseguiremos con la ayuda del Papa de Roma y de su Nuncio en España, apellidado Sanz.

Este partido no da para más crónica. Sólo hacer un homenaje a nuestro Faro, que hoy recibió una zurra de cuidado por parte de todo el equipo contrario. Pero recordar que las zurras las damos nosotros cuando ganamos. O sea que a zurrar. Aupa SIH. A por ellos, que son unos cobardes. Y Juan Carlos recupérate pronto.

Crónica de CIENTÍFICOS DE BALI

FICHA DEL PARTIDO

Cancha: Samaranch

Público: 2 cheerleaders de Mandriles y un amigo de Juan Carlos.

Anotadores SIH: Picos (16), Ortiz (7), Tino (7), Juanjo (3), González (2), Foro y Efrén.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

He estado leyendo la crónica del partido de ida y no me explico lo que pasó el domingo. Perder entraba dentro de las posibilidades, pero no de tanto. Es la maldición de la roja, sin duda.

Anónimo dijo...

Pues yo creía que la cosa estaba clara:

No defensa, no rebote, no ataque = paliza.

Al principio del tercer cuarto nos pusimos a seis (28-22), pero les dejamos tirar de tres y seguir reboteando a placer y se volvieron a ir, y nosotros sólo metimos dos puntos más en el cuarto.

Por cierto, el número 22 nos metió 20 puntos, casi todos en la segunda parte (culpa de todos pero sobre todo del entrenador por no ordenar una defensa especial sobre él o una guerra psicológica o electrónica. Sobre todo cuando ya había hecho un buen partido en la primera vuelta).

Yo creo que olvidamos nuestros humildes orígenes y nos creímos muy buenos, listos y guapos por ganar a Arabescos, olvidando que les ganamos por malos, feos y...listos.

Hay que olvidar ya el partidito y sacarnos la espina en el próximo. El cabreo lo tienen que pagar Los Suaves.